Decididos a dejarse sorprender, a estimularse con relatos de un experto reportero de viajes, los alumnos de la sexta edición del Máster en Periodismo de Viajes recibieron el pasado jueves la visita de David Jiménez. Escritor, corresponsal, viajero y ex-director de uno de los periódicos españoles más importantes, Jiménez impartió la conferencia inaugural del curso. La tituló, parafraseando a su último libro de viajes, El lugar más feliz del mundo. En la sesión estuvo también presente Santiago Tejedor, co-director del Máster, que presentó un breve perfil del invitado.
David Jiménez empezó su conferencia excusándose: “No me gustaba viajar cuando tenía 20 años”. Se lo decía a una treintena de aspirantes a periodistas de viajes, que de poder se pasarían la vida encadenados a sus mochilas girando alrededor del mundo. Pero aquello que sentía entonces, cuando sólo tenía 20 años, era lo contrario a lo que siente ahora; y a lo que comenzó a sentir cuando fue designado corresponsal de El Mundo en una de las regiones del planeta más alejadas de su zona de confort.
Jiménez utilizó citas de Twain, de Steinbeck, de Frost y de Stevenson para explicar qué significa para él viajar. La última de ellas, de uno de sus libros, hablaba de la importancia de volver a los sitios. “Me llevo la melancolía a todos lados”, confesó. Y en su afán por descubrir sitios nuevos está la necesidad de despojarse de la melancolía de los viajes pasados. Una melancolía, en cualquier caso, necesaria. El periodista habló de la importancia de arrastrar la curiosidad por el mundo, de la necesidad de revisitar los lugares que uno ya conoce para dar cierre a las historias que habían quedado abiertas.
El oficio del periodista
Cuestionado por los alumnos por el oficio de ser reportero, David Jiménez aseguró que su primer gran amor fue el periodismo. Confesó que todavía mantiene un idilio que no se esfuerza en encubrir. “La objetividad no existe, existe la honestidad”, les recordó a los estudiantes. Y les explicó la importancia de ser crítico con uno mismo. “Mis primeros textos de Asia están llenos de tópicos. No iba a los sitios con la calma suficiente”, reconoció. Porque para el periodista la prisa no es buena consejera y la superficialidad, un pésimo aliado. Sus reflexiones estaban tan llenas de amor inquebrantable por el oficio como de escepticismo por el porvenir de la profesión. “Es mucho más fácil ser un periodista vendido que uno independiente”, se lamentó David Jiménez.
Entonces, ¿qué debe hacer un periodista para ejercer bien su profesión? “Hay que ser buena persona”, resumió el escritor. Uno de los alumnos le recordaba que los críticos literarios le han colgado el cartel del ‘Kapuściński español’. Con lo de ser buena persona para ser buen periodista, David Jiménez parecía precisamente aludir sin mencionarlo al título de uno de los libros del comunicador polaco, con el que se le compara a menudo: Los cínicos no sirven para este oficio.
Pero como en todo idilio que se precie, el de David Jiménez con el periodismo también ha pasado por distintas etapas. Ahora se encuentra en una muy distinta a la de sus primeros años como corresponsal en Asia. Entonces, con 28 años, dejó a medias su luna de miel para irse a cubrir el conflicto del verano de 1999 en Timor Oriental. O unos años más tarde, sería el único periodista del mundo que decidiría quedarse en Fukushima para explicar la crisis nuclear de 2011, viéndose obligado a sobrevivir a base de lo que ofrecían las máquinas expendedoras de la abandonada ciudad. “Ahora no haría según qué cosas, ahora tengo hijos”, comentaba David Jiménez. “Admiro a los que están dispuestos a perder”, dijo, quizá refiriéndose a él mismo algunos años atrás; y añadió: “Pero nadie tiene culpa de que tú quieras irte a salvar el mundo”.
La sexta edición del Máster en Periodismo de Viajes
“Siempre he sido un romántico del periodismo”, sentenció David Jiménez, que hizo a los alumnos del Máster en Periodismo de Viajes 2017 partícipes de su pasión por los viajes, la escritura y la comunicación. “Las máquinas expendedoras de la facultad no son tan buenas como las de Japón”, advirtió Santiago Tejedor cuando la charla hacía más de un cuarto de hora que debía haber acabado.
Con una foto de grupo y un aplauso de sincera admiración se cerró la conferencia El lugar más feliz del mundo de David Jiménez, punto de partida del curso. Desde la semana pasada, el Máster en Periodismo de Viajes 2017 en su modalidad presencial lo están cursando estudiantes llegados de México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Brasil, Italia, China, Irán y España.